BELLAS ARTES EN LA CDMX

Conoce la danza de la capital mexicana

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Te invitamos a conocer algunas de las obras de la danza

La danza folclórica de México, cubre una amplia gama de formas de danza que se desarrollaron a partir de la conquista española del imperio azteca hasta alrededor de 1521. Estas formas de baile provienen de herencias, indígenas, europeas y hasta cierto punto, africanas del país. Mientras que la danza ha sido una parte importante de la historia pre hispana del país, la mayoría de estas danzas fueron eliminadas, ya sea por la evangelización o modificadas siendo sólo pocas las formas de baile que sobreviven casi intactas.

La influencia africana en baile mexicano generalmente se limita a las zonas de Veracruz y la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, donde la población afromexicana del país es prominente. La danza folclórica, a pesar de la modernización y otros esfuerzos sociales, ha sobrevivido e incluso se ha fortalecido desde el período colonial. Una razón para esto es el deseo de México de una identidad nacional, por primera vez después de la Guerra de Independencia de México y de nuevo después de la Revolución Mexicana. Estas oleadas de popularidad sirvieron para elevar una serie de danzas a la prominencia nacional e incluso internacional, como el Jarabe Tapatío o la danza del sombrero.

En general, el baile folclórico es popular y bien apoyado por diversos esfuerzos del gobierno, pero no todos en la misma medida. Los que se consideren representativos del país y populares fuera de su región de origen, como el jarocho o el jarabe reciben apoyo regional y federal. Los que no tienen ese tipo de popularidad se realizan en su mayoría en los eventos religiosos locales y regionales. Mientras que tanto apoyo se orienta a preservar las formas de baile, las formas de arte fuera de México aún tienen influencia.

PRINCIPALES ATRACTIVOS DE DANZA

BALLET FOLKLÓRICO DE MÉXICO

El Ballet Floklórico de México de Amalia Hernández es el nombre que se le dio a un conjunto de ballet folclórico que se ubica en y cuya especialidad es la representación dancística de las culturas tradicionales de México. Fue fundado por Amalia Hernández en 1952 y por seis décadas ha sido el conjunto emblemático del baile folclórico tradicional de este país.El Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández hace sus representaciones en toda la geografía mexicana. También ha realizado más de 100 giras internacionales visitando un total de 60 países y más de 300 ciudades.

El ballet folclórico de la Ciudad de México se ha convertido en una tradición.

Amalia Hernández, se dedicó a rescatar las danzas tradicionales mexicanas que se habían perdido con el tiempo e hizo un esfuerzo por mejorar la calidad de la misma. El ballet se consolidó en 1959, cuando el presidente Adolfo López Mateos le pidió que este grupo se convirtiera en uno de los embajadores naturales de México. Cuando se fundó el grupo en 1952, contaba solamente con ocho danzantes y en 1959, año en que representó a México en los Juegos Panamericanos celebrados en Chicago, ya tenía un conjunto de 50 componentes.Generalmente el Ballet Folklórico de México se presenta en el Palacio de Bellas Artes, así como en eventos en el Castillo de Chapultepec y CENART.Las presentaciones en Bellas Artes se dieron gracias aléxito que tuvo en Chicago: el presidente Adolfo López Mateos ayudó a Amalia a conseguir este recinto para sus presentaciones con el fin de que se volviera el mejor ballet del mundo

Retrato a blanco y negro de Amalia Hernández portando un vestuario de danza

Con más de setenta coreografías, este mágico espectáculo traslada a un México lleno de tradición, color, cultura, música y vestimenta típica, en donde cada cuadro dancístico nos relata una historia diferente, integrando al público con cada movimiento. Un espectáculo en el que el presente se diluye ante los ojos del público y comienza un viaje a través del pasado. Una fiesta de música en vivo, luz, vestuarios, tradición y color que todo mexicano debería conocer y disfrutar.

Puesta en escena del grupo de Amalia Hernández en CENART

Treinta culturas distintas que florecieron en nuestra nación tiempo atrás y su mezcla con el conquistador, dejaron huella en el color, el ritmo, la música y la danza de nuestro México, formando la riqueza cultural en la que Amalia Hernández se inspiró para crear al Ballet Folklórico de México en 1952. Reconocido con más de 20 preseas, aclamado por más de 30 millones de espectadores, en más de 267 ciudades de 21 países, y en más de 120 giras internacionales, el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández es, sin duda, el embajador de nuestra cultura en todo el mundo. La escuela se enfoca primordialmente en la enseñanza de la Danza Folkórica sin dejar de lado danzas complementarias pero fundamentales para el fortalecimiento de la técnica como, Ballet Clásico, Bailes de Salón y Danza Afro Cubana. Desde su fundación en 1968, ha recibido a maestros de las mejores escuelas del país, formados en el Instituto Nacional de Bellas Artes, Bailarines de la Compañía Nacional de Danza, la misma compañía del Ballet Folkórico de México entre otras.

Cartel promocional del Ballet de Amalia Hernández

TEATRO DE DANZA GUILLERMINA BRAVO

El Teatro de Danza Guillermina Bravo forma parte del Centro Cultural del Bosque, fue diseñado por el arquitecto Ramiro Gonzílez Delsordo, se inauguró el 19 de septiembre de 1969 con la obra Zaratustra, con la actuación de Carlos Ancira, Isela Vega, Héctor Bonilla, Jorge Luke, Susana Karmini y Alvaro Carcaño bajo la dirección de Alexandro Jodorowsky. Presenta obras de teatro, música, danza, espectículos infantiles, festivales, cine, conferencias y asambleas. El foro del INBAL fue abierto al público el 19 de septiembre de 1969, donde se ha presentado el arte escénico experimental y contemporáneo, nacional e internacional

Fachada exterior del Teatro de Danza Guillermina Bravo

Hace más de medio siglo se creó un espacio considerado pionero para el arte dancístico nacional: el Teatro de la Danza Guillermina Bravo, escenario en el cual han manifestado sus cualidades artísticas innumerables bailarines de México y del extranjero.Fue el 19 de septiembre de 1969 cuando se inauguró con una inolvidable función del Ballet Clásico de México. Desde entonces se ha posicionado como uno de los recintos más importantes para los exponentes de la danza. La historia del Teatro de la Danza inició cuando al arquitecto Ramiro González se le encomendó la tarea de hacer un foro para esta disciplina dentro de la Unidad Artística y Cultural del Bosque (hoy Centro Cultural del Bosque). Su equipo de construcción visitó varios teatros en Inglaterra, Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, con el fin de conocer la técnica más avanzada que se requería para esta clase de edificios.

Interior del teatro desde la última fila del recinto

Durante sus primeros años, el recinto sirvió como una plataforma para los alumnos que se formaban en este arte, especialmente los de la Academia de la Danza Mexicana. Más tarde, la maestra Clementina Otero —en ese entonces jefa del Departamento de Danza del INBAL— se dio cuenta del potencial de este espacio y de la necesidad de ampliar su campo de acción, fue así como se abrieron las puertas a grupos de danza experimental para que presentaran sus propuestas. Entre los proyectos que activaron sus primeros años destacan las famosas Temporadas (I, II y III), en las cuales se programaban a grupos de diferentes géneros que ofrecían una variedad de producciones de esa época. Algunas de las agrupaciones que participaron fueron el Ballet Nacional, el Ballet Independiente y la maestra Pilar Rioja, principalmente. Otra actividad fue el Ciclo Danza, que ofrecía funciones todos los fines de semana a precios populares. En 1979 y 1980 se presentaron grupos como el Ballet Nacional de México, el Ballet Independiente, la Compañía Nacional de Danza, la Compañía de Danza Contemporánea de la UV, Danza Libre Universitaria y Ballet Teatro del Espacio.

Puesta en escena de una obra en el Teatro

La afluencia de artistas y público iba en ascenso, por lo que fue necesaria su remodelación. Una de las más relevantes se registró en 1994, bajo la administración del entonces coordinador nacional de Danza, Jorge Domínguez; cambiaron el techo y las butacas, se diseñó el lobby, reubicaron los sanitarios en la planta baja, además de poner un telar, la tramoya fue colocada en la parte superior del foro, se creó una oficina y la dulcería. El teatro estuvo cerrado aproximadamente nueve meses, tiempo en el cual las funciones se presentaron en otras sedes: Sala Miguel Covarrubias y Teatro Arq. Carlos Lazo de la UNAM, algunas incluso en el Museo Nacional de Antropología. La lista de personalidades y agrupaciones que se han presentado en este escenario es extensa, desde las de amplia trayectoria como las contemporáneas, entre ellas la Compañía Nacional de Danza, Barro Rojo Arte Escénico, Delfos, Contempodanza, Antares, Compañía Tania Pérez-Salas, Nemian, La Cebra Danza Gay, la Compañía Nacional de Danza Folklórica, Tándem y Contradanza.

Propuestas internacionales en el teatro Guillermina Bravo

El 13 de junio de 2018 este recinto inició un nuevo ciclo al renombrarlo Teatro de la Danza Guillermina Bravo, como tributo a una de las máximas representantes de la danza nacional: la maestra Guillermina Bravo (1920-2013).Consolidado como un referente del movimiento escénico en México, se refrenda —a 52 años de su inauguración— como un escenario obligado para los artistas que han encontrado en la danza su forma de expresión.

TEATRO GALEÓN ABRAHAM OCERANSKY

A principios de la década de los setenta, por iniciativa de un grupo de estudiantes de la Escuela de Arte Teatral y de la Academia de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), surge la propuesta del Teatro El Galeón. Este recinto escénico se convirtió en emblemático de la modernidad teatral al ser considerado un espacio que permite la adaptación y versatilidad para los diversos montajes que ahí se han desarrollado. La Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) conmemoran el aniversario 49 del Teatro El Galeón, el cual fue el último en integrarse al Centro Cultural del Bosque, unidad formada por espacios dedicados al teatro, la danza y las artes multidisciplinarias desde finales de los años cincuenta del siglo XX.

Fachada exterior del Teatro Galón Abraham Oceransky

Actualmente, el Teatro El Galeón Abraham Oceransky , junto con los demás recintos del CCB, forma parte de Chapultepec: Naturaleza y Cultura, uno de los proyectos prioritarios del Gobierno de México, el cual busca mostrar el poder de la cultura para proteger el patrimonio biocultural y la biodiversidad. Siempre he pensado que el teatro no es el espacio físico sino lo que sucede dentro. En cualquier lugar que haya un actor, un verdadero actor, ahí está el teatro. Con eso en mente empezamos a utilizar el espacio que hoy es El Galeón". Abraham Oceransky1 "El Galeón es muy maleable; puede ser un espacio que, aunque tiene cierta amplitud, también puede ser muy íntimo. Yo he trabajado aquí con directores jóvenes, con directores consagrados en contextos mexicanos y extranjeros. La oferta que pasa por estos espacios es muy amplia". Karina Gidi2 El último recinto en integrarse al Centro Cultural del Bosque fue el Teatro El Galeón, en 1972.

Interior del Teatro Abraham Oceransky con escenografía

Esta iniciativa permitirá fortalecer los teatros que conforman el CCB, para así crear un nuevo ecosistema para las artes escénicas que, en conjunto con el Complejo Cultural Los Pinos y el Cubo Escénico, y armonizados con el entorno ecológico de Chapultepec, conformarán el segundo nodo: Artes Escénicas. En entrevista, el director de escena, Luis de Tavira, dijo: “La historia del Teatro El Galeón, que es tal vez el más emblemático de nuestra modernidad teatral, siendo lo que es, una bodega adaptada, resulta entrañable. Es, en el propio Centro Cultural, una conquista de los hacedores del teatro ante una actividad que desborda, con mucho, la capacidad de los espacios. Esto sucede en el inicio de los setenta, muy cerca de la experiencia vivida en los movimientos estudiantiles del 68 y 71”. El Teatro El Galeón abrió sus puertas en noviembre de 1972 con el montaje Simio, obra que hurga en la animalidad de la condición humana, creada de manera colectiva y que, en medio de la polémica generada por la exhibición de cuerpos cubiertos apenas con taparrabos, marcó un hito con sus 400 representaciones a lo largo de cuatro años.

Puesta en escena de un grupo de jóvenes en e recinto